Poco visitadas y en gran parte desconocidas, las tierras baldías de Bisti conforman una región pintoresca y colorida, donde cientos de ondulados montículos de peculiares rocas se extienden a través de 180 kilómetros cuadrados. Una tierra que integraba el delta fluvial de un antiguo mar interior que cubría la zona hace unos setenta millones de años, conformando el hogar de gigantescos árboles cuyos fósiles son testigos de un pasado que ha terminado por fundirse con la soledad del desierto...