Hace 12 años | Por Espleni a hoy.es
Publicado hace 12 años por Espleni a hoy.es

Algunos seres humanos son degustadores de vértigos. Ven los precipicios y las azoteas de los rascacielos como una invitación a asomarse, mirar qué hay allá abajo y coquetear con la sensación efervescente del peligro. Para quienes no sentimos demasiada atracción por los lugares elevados -o quienes, más bien, pagaríamos por no acercarnos jamás a uno de esos límites con el vacío-, el lado placentero de esa descarga de adrenalina puede resultar muy difícil de entender.

Comentarios

Vichejo

Estoy que lo hago, con el vértigo que tengo , cuando me digan de ponerme en el bordillo seguro que entra la motoreta y me caigo lol

D

En la CN Tower ya te podías pasear por una parte que tiene el suelo de cristal. Yo me puse en medio todo aconjogado para sacar una foto y un niño se puso a dar saltos a mi lado. Lo habría asesinado allí mismo, menos mal que el padre se lo llevó rápido.