El autor, ex presidente del CSIC, cree que la marcha de Juan Carlos Izpisúa de España se debe a los siete males de la política científica española: ausencia de instituciones, indiferencia de los poderes económicos, aleatoriedad política, inestabilidad presupuestaria, burocracia “con escasos dedos de frente”, carencia de estrategias, e individualismo como forma de supervivencia.
Comentarios
La única plaga seria de la política científica española es que está dirigida por políticos.
Cuando le den el Nobel, todos los políticos querrán hacerse la foto con el... y presumirán de que es español.