Para empezar, estaríamos la mayor parte del tiempo hablando de oídas. Es decir, lo que hacen todos los que discuten de fútbol cada lunes, como si les fuera la vida en ello, que no pisan un terreno de juego más que de tarde en tarde, y siguen los avatares de la liga a través del transistor o, en todo caso, merced a las imágenes del televisor.