Alguien se masturba mientras se promete que será la última vez. A punto de controlarse responde a la llamada de los demonios que habitan en sí, se deja llevar. Sí, demonios. Ya estábamos en el siglo XX cuando el joven Wistgenstein hablaba de su agonía moral por haberse masturbado durante la Gran Guerra, en el campo de batalla entre el combate y la muerte. Alguien lo hace ahora porque tiene derecho a hacerlo. Como deporte o por distracción, frente al monitor de su ordenador, ante una revista diseñada de acuerdo a sus gustos...
Comentarios
#1 Bueno ya sabes, "menear pendientes"
"Alguien se masturba mientras se promete que será la última vez."
Yo ya no cometo ese error. El de prometer, digo.
flap...flap...flapflapflapflapflap
Saludos
PD no es por experiencia propia...pero enfrente del monitor ...no es una buena idea
Me leería el artículo, pero me temo que debo ir a masturbarme...