Hace 12 años | Por gongi a elpais.com
Publicado hace 12 años por gongi a elpais.com

Una de las pruebas de la hipocresía de nuestras sociedades, que aseguran preocuparse de manera preeminente por la salud de los ciudadanos hasta el punto de castigarlos si no se atienen a las reglas dictadas desde los Ministerios de Sanidad, es el monstruoso ritmo de trabajo a que someten a esos mismos ciudadanos. A los que tienen trabajo, se sobreentiende; y, como éstos son cada vez menos y...