Probablemente, la facultad del habla obedece no a nuestro intelecto, sino a nuestra necesidad social; no era, en origen, un método para transmitir conocimientos sino un mecanismo de contacto. Y tal parece que no únicamente persiste en el humano actual, sino que es posible que el grueso de nuestro flujo verbal sea fático, puro relleno.
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Lo ha perfao, por favor.