Hace 12 años | Por Almasa a attac.tv
Publicado hace 12 años por Almasa a attac.tv

Plataforma contra la privatización del Canal Isabel II

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Homelandz

Una aclaración previa sobre la dicotomía gestión pública/gestión privada en servicios básicos. A menudo las discusiones se polarizan entre los partidarios de la gestión pública y los de la gestión privada; eso es una postura ideológica que no va al fondo de la cuestión. La divisoria real está entre buena gestión y mala gestión, por mucho que suene perogrullesco, y eso se puede dar tanto en el sector público como en el privado. Vamoa a verlo un poco en detalle:

Gestión pública: Si optas por la gestión pública el riesgo más claro es el de la falta de eficiencia. Al no estar gestionado el servicio con la cuenta de resultados en mente es fácil ver procesos no óptimos, o directamente derroche. Esto se agrava si tenemos en cuenta los incentivos políticos. Todo lo público está dirigido por políticos, y estas empresas son ideales para pagar favores. Véase Canal 9. Además, el antídoto contra la falta de eficiencia sería una supervisión estricta de los procesos y los costes, pero cuando tienes a lo público supervisando a lo público normalmente tienes a un miembro de un partido supervisando a otro de su mismo partido, y eso raramente funciona.

Gestión privada: El riesgo de la gestión privada es que, precisamente por gestionar con la cuenta de resultados en mente, se degrade la calidad del servicio. En el caso de un monopolio como la gestión del agua, además, tienes el problema de que las supuestas mejoras de eficiencia derivadas de la gestión privada queden desactivadas, ya que sólo son necesarias en el contexto de un mercado de libre competencia. El antídoto de nuevo es una buena supervisión, pero para que funcione hay que evitar la cercanía excesiva del poder político con la empresa concesionaria.

Así pues la cosa no es tanto público o privado como buena o mala gestión. Hay buena gestión pública (el ejemplo paradigmático son los países nórdicos) y mala gestión pública, buena gestión privada y mala gestión privada. La clave no es tanto la forma jurídica de la empresa a cargo como que exista una supervisión independiente y concienzuda, que la concesión se revise periódiamente y que se pueda revocar rápidamente si se detectan irregularidades.

¿Cuál es el problema con la privatización del Canal de Isabel II? Pues en primer lugar que tal y como funciona ahora lo hace razonablemente bien. En segundo lugar que parece que la Comunidad de Madrid privatiza porque tiene la convicción ideológica de que lo privado funciona mejor porque sí. En tercer lugar no parece que tengan en mente la supervisión independiente y eficaz que haría falta, de hecho, el tema huele un poco a trapi.