Si intentan contrastar la información aportada por los susodichos medios, caerán en la cuenta de que una buena parte de los informes oficiales han sido silenciados en pro del pánico. Ninguna de las buenas noticias o caras positivas de la noticia se han ofrecido al público. Además la información se ha diseminado de manera sesgada.
Cuando todos los expertos nucleares afirmaban taxativamente que “no había problema” o que “a lo sumo, se producirá una fusión del núcleo”, los medios seguían desinformando, mostrando en sus portadas a japoneses con la mascarilla infundada, al título de “Apocalipsis nuclear”.
Ejem...
Cuando todos los expertos nucleares afirmaban taxativamente que “no había problema” empezamos a ver en riguroso directo cómo explotaban los reactores uno a uno como palomitas de maíz, cómo se disparaba la radiactividad en el entorno de la central, cómo evacuaban a cientos de operarios y la dejaban en manos de sólo 50, cómo un barco de la marina estadounidense salía por patas al haberse contaminado parte de su tripulación, cómo pedían perdón los dueños de la central en rueda de prensa en vez de responder preguntas, cómo aumentaban los niveles legales de radiación a los que se podía trabajar en caso de emergencia, cómo el Gobierno japonés pedía ayuda internacional...
Y cuando decían que “a lo sumo, se producirá una fusión del núcleo” empezamos a saber que algunos núcleos probablemente ya estaba medio fundidos hacía dos días, que la vasija de contención del 2 probablemente tenía fugas, que lo único que había fallado en toda la central eran unos puñeteros motores diésel de emergencia (que debe ser que no había más motores diésel en todo Japón), que el combustible usado se encuentra almacenado en unas piscinas situadas en un lugar absurdo, que se estaban quedando vacías y su contenido radiactivo expuesto a la atmósfera...
Si el siempre corrupto Gobierno nipón y la nunca transparente TEPCO tienen problemas de credibilidad, no es culpa ni de los medios, ni mucho menos de el público.
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Cuando todos los expertos nucleares afirmaban taxativamente que “no había problema” o que “a lo sumo, se producirá una fusión del núcleo”, los medios seguían desinformando, mostrando en sus portadas a japoneses con la mascarilla infundada, al título de “Apocalipsis nuclear”.
Ejem...
Cuando todos los expertos nucleares afirmaban taxativamente que “no había problema” empezamos a ver en riguroso directo cómo explotaban los reactores uno a uno como palomitas de maíz, cómo se disparaba la radiactividad en el entorno de la central, cómo evacuaban a cientos de operarios y la dejaban en manos de sólo 50, cómo un barco de la marina estadounidense salía por patas al haberse contaminado parte de su tripulación, cómo pedían perdón los dueños de la central en rueda de prensa en vez de responder preguntas, cómo aumentaban los niveles legales de radiación a los que se podía trabajar en caso de emergencia, cómo el Gobierno japonés pedía ayuda internacional...
Y cuando decían que “a lo sumo, se producirá una fusión del núcleo” empezamos a saber que algunos núcleos probablemente ya estaba medio fundidos hacía dos días, que la vasija de contención del 2 probablemente tenía fugas, que lo único que había fallado en toda la central eran unos puñeteros motores diésel de emergencia (que debe ser que no había más motores diésel en todo Japón), que el combustible usado se encuentra almacenado en unas piscinas situadas en un lugar absurdo, que se estaban quedando vacías y su contenido radiactivo expuesto a la atmósfera...
Si el siempre corrupto Gobierno nipón y la nunca transparente TEPCO tienen problemas de credibilidad, no es culpa ni de los medios, ni mucho menos de el público.
ni siquiera esta noticia llegará a portada en meneame ...