El Partido Pirata, en auge en los últimos años en la ciudad-estado de Berlín, se ha visto afectado por la noticia de que varios cargos, incluído un presidente regional, estuvieron afiliados al ultraderechista NPD. Los analistas advierten que su actitud relajada, que ya ha provocado la dimisión de un miembro del Consejo Nacional, los hace vulnerables a los ataques de sus rivales. El presidente, Sebastian Nerz, ha quitado hierro al asunto: "No todos en el NPD son neo-nazis. Si alguien era un matón o ha tenido un cargo, ya es más grave".
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En Alemania no se andan con coñas con la ultraderecha. El Spiegel es de izquierdas, pero si tiene que señalar al Partido Pirata no le tiembla el pulso:
"In the eastern state of Mecklenburg-Western Pomerania, Matthias Bahner, a member of the Pirate Party's regional board, admitted in a statement that he joined the NPD in 2003 when he was 18, and left it a year later. Bahner remains in his position. (...)
One member, Bodo Thiesen, repeatedly cited Holocaust deniers in Internet forums and voiced doubts himself about the mass murder of the Jews. The national leadership of the party approved proceedings to expel Thiesen, but the process has dragged on for two years now."