Te escribo al correr de la máquina de este ordenador portátil, sofisticado y frío, que me permite escribir en los antros modernos de Chueca, mientras duermes la siesta, latente, desnuda y ajena, protegida del calor sofocante que amenaza cada esquina, a la espera de una llamada que nos invite a bebernos la ciudad.
Comentarios
Bueno, hombre, para gustos...
Odio esa forma de escribir X(
pastelazo de entradilla...