Antes las gallinas ponían huevos pero ahora, con la moderna ciencia, sus huevos parece que solo pueden salir si ellas reciben un monton de atenciones bastante dolorosas y molestas. El cuento lo publicó hace casi diez años el pediatra y escritor Carlos Gónzalez. Este autor, especialista en lactancia materna y defensor de la filosofía de la crianza de apego en España, tiene un sentido del humor especial, directo. Os aseguro que su moraleja vale la pena...
Comentarios
En realidad, es cuestión de encontrar el equilibrio. Ni precipitar partos los viernes porque llega el fin de semana y hay que salir corriendo hacia la casita de la montaña ni regresar a un pasado en el que la mortalidad por nacimiento (tanto del bebé como de la madre) era muy frecuente.