Igual que las banderas, unas botas no pueden ser abandonadas a su suerte con la posibilidad de que puedan ser agraviadas y su memoria deshonrada.
Por eso, lo que hago cuando les llega su fin es quemarlas ceremoniosamente por San Juan conservando los viejos cordones para ponérselos a las nuevas.
Lo reconozco, soy un sentimental.
Comentarios
En este caso, el cariño (a tus botas) hace el roce (desgaste) y por eso toca tirarlas
Es que viendo las fotos, no hace falta tirarlas: se van ellas solas a la basura, de mal que están
Igual que las banderas, unas botas no pueden ser abandonadas a su suerte con la posibilidad de que puedan ser agraviadas y su memoria deshonrada.
Por eso, lo que hago cuando les llega su fin es quemarlas ceremoniosamente por San Juan conservando los viejos cordones para ponérselos a las nuevas.
Lo reconozco, soy un sentimental.
Nooooo!!!. Ellas no lo harian, pobres....