Durante casi un año, desde mayo de 2009 hasta abril de 2010, uno de los mayordomos de Lilliane Bettencourt, la mujer más rica de Francia, sirvió el té y recogió la mesa con una pequeña grabadora escondida en el forro de la chaqueta y registró muchísimas horas de conversaciones privadas. No son conversaciones cualesquiera y ahora, de carambola, amenazan con desestabilizar al Gobierno de Nicolas...
Esta mujer desciende de una familia colaboradora con los nazis en la II guerra mundial y que a día de hoy todavia no se sabe como salieron sin un rasguño.
Comentarios
Me parece estupendo que los mayordomos denuncien a los millonarios defraudadores, valga la redundancia.
Esta mujer desciende de una familia colaboradora con los nazis en la II guerra mundial y que a día de hoy todavia no se sabe como salieron sin un rasguño.