Tras la muerte del Rey Fahd, Ibiza ha ido relevando a Marbella como sede oficial de los antojos de los guardianes del oro negro más golfos y más pérsicos. Sus huellas fantásticas se aparecen como ectoplasmas, por ejemplo, en la bombonería Daskalidès, desvalijada por su séquito para cubrir el cuerpo de una mujer desnuda; o en una propina de 80.000 euros en el restaurante Lío para una cuenta de 120.000; o en un catering privado del chef italiano Walter Martino facturado por 800.000 euros.
Comentarios
Cuando el pueblo de Arabia Saudí se canse de esta sarta de garrapatas que les gobiernan, se va a armar la de Troya
Esta es una de las razones por las que veo la utilidad de nuestra monarquía, porque con estos "elementos" de medio oriente se hablan de tú a tú.
¡Se comportan como reyes!