#6 En el fondo, estoy de acuerdo, pero cuando ves que nadie hace nada, que todo el mundo está parado y sólo le preocupa el fútbol, pues entiendo que casi cualquier persona se harte y quiera echar patas.
#8 Repito que entiendo lo que dices al 100%. Me debato en ello constantemente. Pero al final una acaba teniendo la sensación de que entre los que se van, los que renuncian por que el de al lado no se mueve y los que nunca se mueven... es como que ya hemos dado la "batalla" por perdida de ante mano, sin haber empezado a luchar siquiera.
Yo entiendo perfectamente vuestro punto de vista, ¿pero entendéis vosotros lo desolador que resulta quedarse y ver que todo sigue igual día tras día mientras los que valéis más de dos duros os marcháis?.
Es como ver el potencial del país desangrándose, mientras le regalamos el cadáver a los asesinos...
#5 Entiendo el mensaje, empatizo con él. Dudo cada día de lo mismo... pero, ¿y si nos vamos todos?.
¿Vamos a ser tan tontos como para dejarnos engañar y luego tan cobardes como para dejarnos vencer sin tan siquiera tratar de rebelarnos lo más mínimo?.
Eso no es una queja, eso es un lloro.
Se puede luchar, se puede perder. Pero rendirse de antemano es como si ni siquiera se estuviese vivo.
Nos están robando hasta la vida misma y les estamos dejando, con la ilusa creencia de que ahí fuera las cosas estarán mejor... pero sorpresa, sorpresa: resulta que lo que está jodido y boca abajo es el mundo entero y huir (si es que eliges inteligentemente tu destino) sólo te dará algo más de tiempo ante lo inevitable.
#3 Llevo tres años fuera. Lo siento, pero no soy un Quijote. cuando vea que la gente se mueve volveré para luchar, pero de momento, no pienso ser un mártir mientras el resto sólo se lamenta en menéame o en el bar.
Con la liberalización de las huestes es posible crear empresas cooperativas de parados, desahuciados, canis sin futuro, etc que aprendan el uso de armas automáticas para hacer valer sus millones de vidas y las de sus familias, frente a sus depredadores naturales, especuladores, católicos y de ultraderecha. La Santísima Iniquidad.
Un ejército realmente del Pueblo, imbatible pues no tiene ya nada que perder y todo por ganar.
(Ciencia ficción).
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#1 Arreglado, muchas gracias.
#6 En el fondo, estoy de acuerdo, pero cuando ves que nadie hace nada, que todo el mundo está parado y sólo le preocupa el fútbol, pues entiendo que casi cualquier persona se harte y quiera echar patas.
#8 Repito que entiendo lo que dices al 100%. Me debato en ello constantemente. Pero al final una acaba teniendo la sensación de que entre los que se van, los que renuncian por que el de al lado no se mueve y los que nunca se mueven... es como que ya hemos dado la "batalla" por perdida de ante mano, sin haber empezado a luchar siquiera.
Yo entiendo perfectamente vuestro punto de vista, ¿pero entendéis vosotros lo desolador que resulta quedarse y ver que todo sigue igual día tras día mientras los que valéis más de dos duros os marcháis?.
Es como ver el potencial del país desangrándose, mientras le regalamos el cadáver a los asesinos...
Un buen resumen, pero... ¿lo único que se le ocurre es "huir"?
#3 No huye por obligación, me temo, huye porque está harto de España y sus políticas.
#5 Entiendo el mensaje, empatizo con él. Dudo cada día de lo mismo... pero, ¿y si nos vamos todos?.
¿Vamos a ser tan tontos como para dejarnos engañar y luego tan cobardes como para dejarnos vencer sin tan siquiera tratar de rebelarnos lo más mínimo?.
Eso no es una queja, eso es un lloro.
Se puede luchar, se puede perder. Pero rendirse de antemano es como si ni siquiera se estuviese vivo.
Nos están robando hasta la vida misma y les estamos dejando, con la ilusa creencia de que ahí fuera las cosas estarán mejor... pero sorpresa, sorpresa: resulta que lo que está jodido y boca abajo es el mundo entero y huir (si es que eliges inteligentemente tu destino) sólo te dará algo más de tiempo ante lo inevitable.
#3 Llevo tres años fuera. Lo siento, pero no soy un Quijote. cuando vea que la gente se mueve volveré para luchar, pero de momento, no pienso ser un mártir mientras el resto sólo se lamenta en menéame o en el bar.
Con la liberalización de las huestes es posible crear empresas cooperativas de parados, desahuciados, canis sin futuro, etc que aprendan el uso de armas automáticas para hacer valer sus millones de vidas y las de sus familias, frente a sus depredadores naturales, especuladores, católicos y de ultraderecha. La Santísima Iniquidad.
Un ejército realmente del Pueblo, imbatible pues no tiene ya nada que perder y todo por ganar.
(Ciencia ficción).