Publicado hace 16 años por ajulipi a blogs.periodistadigital.com

La presencia de la Iglesia en el mundo pasa necesariamente por su encarnación allí donde el hombre vive, sufre y busca a Dios consciente o inconscientemente. No se comprende una Iglesia que discrimine al hombre por razón de su condición, poder adquisitivo, o clase social.