Hace 13 años | Por paco.casado a estoydevuelta.com
Publicado hace 13 años por paco.casado a estoydevuelta.com

El cine, y las artes en general, se erigen en la mayoría de los momentos como reflejos distorsionados de nuestro propio universo. Así pueden representar lo mejor y lo peor de nosotros mismos, y, en muchos casos, idealizar conceptos que aplicados a la realidad se revelan como grandes mentiras.

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Son los padres

auroraboreal

La realidad supera la ficción.

Puede que casi siempre seamos egoistas y egocéntricos, que ahoguemos nuestra culpa en alcohol o la adormezcamos con pastillas. Puede que a menudo sigamos manteniendo una relación por inercia o nos rodeemos de gente que tiene la misma opinión que nosotros.

Pero de vez en cuando, surge una chispa que quema todas las rutinas de una vez y nos vemos haciendo cosas que nunca hubiéramos imaginado. Y yo sé que los héroes existen y son más grandes que en las películas, aunque a veces sean menos conocidos. Y los amigos también, aunque estén camuflados entre un montón de relaciones insípidas. Y el amor...¿cómo explicar ese segundo en el que darías absoutamente todo por el beso de quien te mira?. Es verdad que todas esas cosas no pasan todos los días; ni como en el cine, todas en la misma hora y media.
Pero cuando nos sucede a nosotros mismos una de ellas, es como cuando se hace una foto desde la cima del Naranjo de Bulnes: lo que se ve puede ser muy bonito, pero lo que se siente allí es infinitamente más bello.