Ahora el escritor al que se respeta es alguien que triunfa o que tiene mucha pasta. Todo esto, que resulta nuevo aquí, en Estados Unidos lleva asimilado unos 30 años, desde que la edición, considerada por todos los elegantes editores bostonianos como un oficio de caballeros, entró en la Bolsa en los años 70. Entonces se acabaron los caballeros, el oficio, los escritores que vendían poco, etcétera. Las editoriales tenían que rentar a los accionistas anónimos un dinero al año o estaban en serios apuros.
Comentarios
Belén Estéban
Es que si un perro tiene dinero se le llama Señor Perro.
No siempre, véase Ángeles González Sinde Reig.
Y antes también señor mío, eso no ha cambiado en los últimos tres milenios...
No es mi caso. Tampoco respeto a los que ganan dinero.