Desde que nos dimos cuenta acerca de qué eran las estrellas, nos hemos preguntado si seremos capaces de viajar hacia ellas. Tales pensamientos han proporcionado un campo fértil por años a los escritores de ciencia ficción buscando argumentos interesantes. Pero las vastas distancias que separan a los objetos astronómicos forzaron a los autores a inventar varios dispositivos imaginarios que les pudieran permitir a sus personajes viajar a velocidades superiores a las de la luz