Abra usted el grifo. Ponga un vaso bajo el chorro de agua y llénelo. Acerque el recipiente a sus labios y beba hasta hartarse del potable elemento. Repita la operación las veces que usted crea necesario y sacie su sed. Este proceso que para usted y cualquiera de sus conocidos es un acto rutinario, resulta imposible para cerca de 700 millones de personas en 43 países situados en zonas de escasez de agua, a las que habría que sumarles los millones que habitan allá donde la que sale del sistema público no sea muy potable.