Hace 10 años | Por --419616-- a blogs.20minutos.es
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Todo comenzó cuando ‘Lux’, sin un motivo aparente, arañó la cara del hijo de siete meses, causándole algunas heridas. Lee Palmer (el cabeza de familia), harto de la agresividad del felino de diez kilos, intervino dándole una patada (“muy mal hecho“, como declaró posteriormente), lo que lejos de amedrentarlo hizo aumentar su fiereza.

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