Hace 12 años | Por SrBelizon a experientiadocet.com
Publicado hace 12 años por SrBelizon a experientiadocet.com

En una gran organización la gente viene y va. Siempre hay decisiones que tomar sobre a quien se promociona, las nuevas promesas recién llegadas frente a los cuadros medios experimentados, mientras todo el mundo espera el ascenso. Dados dos candidatos para un puesto, uno muy competente en su trabajo actual y el otro más errático y, en general, con menos éxito, la mayoría de la gente considera una obviedad que debe ascender el primero y no el segundo. Sin embargo, en 1969, Laurence Peter introdujo el famoso principio que lleva su nombre, que afir

Comentarios

ElPerroDeLosCinco

El "principio de Peter" no tiene en cuenta una cosa: en general, se considera que ascender es algo bueno, y dado que se suele ascender a los más capaces en su puesto, los trabajadores tienden a demostrar su capacidad al máximo. Es cierto que la persona ascendida puede resultar no ser la más apta en su nuevo puesto, pero a cambio se ha mantenido motivado al grupo. Y más aun, los compañeros del "ascendido" verán que no desempeña bien su labor y crerán que si mejoran aun más en su trabajo, llegarán a tener posibilidades de reemplazar al primero.

Si siguiéramos el principio de Peter y ascendiéramos a la gente al azar, tal vez algunos puestos se cubrieran mejor, pero todos los empleados se sentirían desmotivados.

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No exageremos la importancia del principio de Peter. No se basa en estudios empíricos sino en observaciones que el autor fue realizando por diversas empresas americanas en los años 50 y 60 (muy piramidales y donde se premiaba mucho el enchufismo y la promoción por antigüedad). Por tanto, no es un dogma lo que defiende sino observaciones tratadas de manera humorística.