Un cero en oratoria dice este artículo que nos merecemos los españoles y la realidad es así. Ni niños ni adultos son capaces de hablar en público sin miedos, ansiedades, nervios o cualquier otra dificultad. ¿A qué se debe y cómo podríamos paliarlo? La respuesta es sencilla sólo hay que...
El miedo al ridículo, como dice el primer párrafo, es nuestro peor enemigo. El mismo que impide que intentemos chapurrear las cuatro palabras (o aunque sean cuatrocientas) en inglés que conocemos para intentar mejorar.
Aquí la mayoría de la gente no argumenta, sino que levanta la voz para intentar poner la razón de su lado. Como ejemplo, ciertas tertulias del corazón de la televisión.
No nos vendría mal que nos instruyeran desde pequeñitos (cuando la vergüenza es menor en entornos de confianza como una clase) para hablar en público. No sólo nos enseñaría a argumentar, sino también a desentrañar los argumentos de los demás, a detectar la demagogia barata, y a interpretar mejor el lenguaje no verbal.
Comentarios
¿Dónde quedó lo de imaginarse a todos los asistentes en ropa interior?
#3 En pelotas, era en pelotas
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Siete trucos para hablar en público
transformer.quo.esTambién había una bastante parecida, pero no la encuentro.
El miedo al ridículo, como dice el primer párrafo, es nuestro peor enemigo. El mismo que impide que intentemos chapurrear las cuatro palabras (o aunque sean cuatrocientas) en inglés que conocemos para intentar mejorar.
Aquí la mayoría de la gente no argumenta, sino que levanta la voz para intentar poner la razón de su lado. Como ejemplo, ciertas tertulias del corazón de la televisión.
No nos vendría mal que nos instruyeran desde pequeñitos (cuando la vergüenza es menor en entornos de confianza como una clase) para hablar en público. No sólo nos enseñaría a argumentar, sino también a desentrañar los argumentos de los demás, a detectar la demagogia barata, y a interpretar mejor el lenguaje no verbal.
Pero claro, igual es que no interesa.
Joder, menuda generalización más grande ¿no?.
Ni en público, ni en privado, ni hablado, ni escrito, como acaba de demostrar #2.