Hace 14 años | Por adriano a waldenland25.blogspot.com
Publicado hace 14 años por adriano a waldenland25.blogspot.com

aquellos lápices blancos que llevaban la tabla escrita eran la calculadora de los sesenta. Imagino al maestro que nos hubiese dicho: “no aprendáis la tabla que para eso está el lápiz maravilloso que apenas cuesta una peseta”. Sin duda que habríamos aplaudido, pateado, y vitoreado al inspirado . Y el regocijo daría paso al asombro al escuchar por labios del ungido: “el lápiz calcula por vosotros, pero yo os enseñaré LA ESENCIA DE LA MULTIPLICACIÓN”.