Mientras trata de ganarse la vida trabajando en la construcción y padeciendo frío en Manhattan, Máximo Ianza echa de menos los chipirones, al club de fútbol Barcelona y su vida en Cartagena, en el sur de España, donde dejó su hijo de cinco años. Ecuador, su tierra natal, es un recuerdo lejano.
Pobre gente. Ya debe de ser duro tener que emigrar una vez, como para que las circunstancias te obliguen a hacerlo por partida doble.
También sale a relucir el hecho de que España es un país acogedor, a pesar de sus muchos defectos, sobre todo teniendo en cuenta que ha sido -ya no sé si considerarlo como tal- un país desarrollado y cuanto más se desarrolla un país menos acogedor tiende a ser generalmente (no siempre; que nadie se la coja con papel de fumar).
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Pobre gente. Ya debe de ser duro tener que emigrar una vez, como para que las circunstancias te obliguen a hacerlo por partida doble.
También sale a relucir el hecho de que España es un país acogedor, a pesar de sus muchos defectos, sobre todo teniendo en cuenta que ha sido -ya no sé si considerarlo como tal- un país desarrollado y cuanto más se desarrolla un país menos acogedor tiende a ser generalmente (no siempre; que nadie se la coja con papel de fumar).