En el diagnóstico económico que nos venden como "único" se nota un deseo de evitar los riesgos de adoptar la economía como una ciencia humanista que debe tener en cuenta no sólo la parte más material de la producción, distribución y consumo de bienes y servicios, sino también el contexto social y la influencia de la política (y las ideologías) en los procesos económicos. Esa pretendida (y falsa) neutralidad está presente en buena parte del análisis económico que se intenta presentar como técnicamente serio.
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Tecnocratas desenmascarados