Hace 14 años | Por --145666-- a kaosenlared.net
Publicado hace 14 años por --145666-- a kaosenlared.net

"La ultima y esperpéntica idea de ecologistas en acción es un llamamiento a la ciberacción para que se manden mensajes a los ayuntamientos rogando se castigue y se persiga con mano dura a los vecinos de la Cañada y no se pueda regularizar su situación"

Comentarios

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La Cañada es un desproposito urbanístico y social de 1ª magnitud.
Lo raro es que no manden al ajercito a usarla de polígono de tiro , por aquello de darle un uso razonable.

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Pero es que somos todos bobos o que? a que viene ahora tanto pedir si muchos llevan 30 o 40 años viviendo allí sin que nadie les dijera nada.
Acepto que se tendría que vigilar mejor el gran trafico de droga que allí hay que las autoridades tendrían que ponerse firmes, pero juzgar a todos por el mismo rasante no lo encuentro lógico, y si estos señores de ecologistas en acción quieren mano dura pues que empiecen por determinar ellos quienes son los que deben recibirla
.

dagreek

#3 Pues tanto pedir viene a cuenta de que las cañadas son suelo de utilidad pública cuyos terrenos fueron gradualmente acotados y apropiados por familias de tradición semi-marginal, es decir, lo que viene siendo el robo de un suelo que pertenece al dominio público y que, particularmente en este caso, causa un torrente de problemas de todo tipo, entre ellos delictivo, urbanístico y social. No es el colectivo ecologista, que dicho sea de paso, no es quien debe impartir la mano dura, el primero ni el único que denuncia la situación de la Cañada Real, y los ayuntamientos implicados hace tiempo que están tratando de buscar una solución al problema. Pero con la celeridad que caracteriza a nuestras administraciones, la cuestión ha logrado perpetuarse, dando el más sólido argumento a esos ocupantes. Para más INRI, muchas de estas familias han pagado un Impuesto de Bienes Inmuebles a esos ayuntamientos, y eso estimula su idea implícita de que ya están en la legalidad. Los municipios son responsables de esa situación por haber cobrado, pero ya sabemos que indemnizar cualquier responsabilidad derivada de dejación o negligencia por esos ayuntamientos tendrá que ser costeada por sus ciudadanos, con lo que volvemos a cerrar el círculo: Todos pagamos por las negligencias de gestores incapaces. Y todos tranquilos, como siempre.

Desgraciadamente, la Cañada acabará por ser legalizada, y todo acabará con un punto final. Esas familias habrán logrado de gratis (aunque sea en un cenagal) lo que otras familias adeudarán a un banco durante cuarenta años de estrecheces. Y no me parece mal por ese extremo, sino por el atentado contra una vía pública tradicional, que se ha convertido en un puzzle urbanístico insostenible y en un punto negro del delito y la marginalidad en Madrid.