El presidente de la Diputación, Nemesio de Lara, propondrá a la Corporación provincial la aprobación de dos nuevos programas de marcado carácter social, uno de becas de comedor y otro para adquisición de material escolar, destinados a favorecer a menores cuyas familias no tienen recursos, dotados con 1.060.000 y 530.000 euros, respectivamente.
Yo dedicaría 100 o 200mil de esos euros a sistemas de control, o a que Hacienda cruzara datos con el ministerio de Educación. Sobraría un millón de euros para otra cosa.
No sé vosotros, pero donde yo vivo el niño que paga el 100% del comedor es un bicho raro para sus compañeros en cualquier colegio de la ciudad (conozco a un par que hasta se metían con ellos por eso). En esos mismos colegios también miran raro al niño que no tiene un smartphone de última generación o no lleva las últimas zapatillas deportivas.
Luego es un primor, a la salida, ver llegar la flota de coches de gama medio-alta y alta a recoger a los chavales. Unas veces es papá, otras mamá (con vehículo diferente, claro).
Aquí falla algo.
Quizá sea las declaraciones de ingresos en las que se miente descaradamente o las fotocopias de la declaración de la renta burdamente retocadas que luego nadie coteja.
Al principio se dieron cuenta de que alterar la documentación para conseguir entrar en un colegio en vez de otro (el que les corresponde) no reportaba generalmente ninguna consecuencia, y encima es difícil y tedioso de demostrar. En los raros casos en que se ha hecho en España casi la mitad de los alumnos del colegio en cuestión no debería estar allí.
A partir de ahí todos al cachondeo y sálvese quien pueda, que en estos casos de trámites con el colegio se presenta para lo que sea el papel que haga falta poniendo lo que haga falta (San photoshop al rescate).
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lacerca.comYo dedicaría 100 o 200mil de esos euros a sistemas de control, o a que Hacienda cruzara datos con el ministerio de Educación. Sobraría un millón de euros para otra cosa.
No sé vosotros, pero donde yo vivo el niño que paga el 100% del comedor es un bicho raro para sus compañeros en cualquier colegio de la ciudad (conozco a un par que hasta se metían con ellos por eso). En esos mismos colegios también miran raro al niño que no tiene un smartphone de última generación o no lleva las últimas zapatillas deportivas.
Luego es un primor, a la salida, ver llegar la flota de coches de gama medio-alta y alta a recoger a los chavales. Unas veces es papá, otras mamá (con vehículo diferente, claro).
Aquí falla algo.
Quizá sea las declaraciones de ingresos en las que se miente descaradamente o las fotocopias de la declaración de la renta burdamente retocadas que luego nadie coteja.
Al principio se dieron cuenta de que alterar la documentación para conseguir entrar en un colegio en vez de otro (el que les corresponde) no reportaba generalmente ninguna consecuencia, y encima es difícil y tedioso de demostrar. En los raros casos en que se ha hecho en España casi la mitad de los alumnos del colegio en cuestión no debería estar allí.
A partir de ahí todos al cachondeo y sálvese quien pueda, que en estos casos de trámites con el colegio se presenta para lo que sea el papel que haga falta poniendo lo que haga falta (San photoshop al rescate).