Hace 14 años | Por --31893-- a elmundo.es
Publicado hace 14 años por --31893-- a elmundo.es

José Carreras nos había enseñado que los tenores no mueren de cáncer. Al menos, hasta que Alfredo Kraus clausuró la rivalidad de antaño con la elegancia de una muerte silenciosa, presumible, desprovista del heroísmo que convirtió a Caruso en el tótem reverencial de la ópera contemporánea.

Comentarios

r

Uno de los últimos grandes.
Ya no quedan artistas de ése calibre.
Interpretación, técnica, musicalidad, escenificación, muchas cosas tenía el Gran Kraus.

j

El mas grande