Las palabras no solo sirven para hablar, también te ubican y definen. Indican de dónde eres, qué época has vivido y qué forma de entender la realidad tienes. Cómo articulas un discurso no solo te ayuda a comunicarte, sino que también enseña qué eres y cómo piensas. Arrancamos un diccionario que bien sirve para definir parte de la idiosincrasia de nuestra generación.