Mucho quedaba atrás. La vida cerca del mar. Una casa a voluntad refugio o escapatoria. Una ciudad que era un pueblo. Las no distancias, ni entre personas ni entre barrios. La agenda en la pestaña de “eventos”. Las noches que empiezan a las ocho. Las cenas de ensaladas sin nada como metáfora de la sencillez. El tan deseado y luchado Erasmus. FIN.

Comentarios

R

Lo que de verdad tienen depresión post-erasmus son los estudiantes que vuelven a casa de los padres, si estás estudiante fuera no es ni la mitad de duro, por mucho que eches en falta a cierta gente.

PD: Y sí, sé que no tiene basicamente nada que ver con la noticia, que la leí primero.