La primera gran decisión de Jesús Gil como alcalde de Marbella traza una valiosa metáfora sobre su paso por el poder: en la madrugada del 26/06/1991, las excavadoras municipales derribaron la casa de su antecesor, el socialista Francisco Parra, porque le estorbaba para una reordenación vial. Un testigo recuerda cómo la esposa de Parra, literalmente en la calle con lo puesto, preguntó: "¿Y ahora qué hacemos?". atraído por el jaleo, Gil sentenció: "¡Que lleven a esta mujer al mejor hotel de Marbella!". La ovación fue cerrada.
Comentarios
Aunque yo era bastante peque aún, leo el artículo y me acuerdo de cosas que se decían por entonces de Gil: el carisma, cómo la gente decía aquello de: Roba, sí, como todos, pero ¡mira cómo está Marbella! Más limpia y segura que nunca!
Siempre lo he pensado y me ratifico: Muchos, parece que envidian al corrupto, a ese político que ha sabido llevarse hasta el último céntimo en la cara de todos. Es como si dijéramos: "Qué tío, es un crack, yo si pudiera haría lo mismo!". Y luego nos quejamos de que las cosas no funcionen bien en este país.
No era como Jesucristo era Baco
Me acuerdo de cuando fué a hacer un mitín a mi pueblo y un coche con un megáfono iba por las calles con un discurso suyo en el que decía cosas como "Europa es de los ricos y para los ricos", desde luego vaya personaje.
Colección de perlas dignas de cualquier parbulario:
http://es.wikiquote.org/wiki/Jes%C3%BAs_Gil_y_Gil
Al GIL no lo echaron los votos, ni siquiera tras la voz de alarma del Tribunal de Cuentas o las primeras impugnaciones de licencias por parte de la Junta en 1995. Tampoco los partidos tradicionales articularon un bloque contra el gilismo. Sólo el cisma que provocó la moción de censura que desalojó a Muñoz y llevó al poder a Marisol Yagüe en 2003 consiguió acabar con el GIL.
¿Como Jesucristo?. Si, pero aquí se le olvidó poner la otra mejilla.