Hace 13 años | Por forn_711 a adn.es
Publicado hace 13 años por forn_711 a adn.es

Los políticos norteamericanos están enamorados de las fechas de caducidad. Todo tiene que acabar un día, ya sean guerras, paces, gobiernos, invasiones, retiradas, ocupaciones y cualquier aventura en la que se impliquen el presidente, sus administraciones, sus diplomáticos y sus soldados. Ha pasado en tantas ocasiones a lo largo de la reciente historia de esta nación y pasará muchas veces más en el futuro porque los deadlines son algo tan norteamericano como los refrescos de cola, los vaqueros o los casinos de Las Vegas.