Hace 14 años | Por --142497-- a elcorreodigital.com
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A Jorge Calle Garrido su desfibrilador le salvó la vida hace dos años cuando acababa de poner un pie en el suelo de Cracovia. Este ferroviario jubilado de 68 años iba a pasar unas vacaciones junto a su mujer en la bella ciudad polaca cuando, tras un agotador viaje en avión, se desfalleció. Después de saber que ese ingenio que lleva alojado en su pecho desde abril del pasado año le había devuelto el aliento, se siente más tranquilo.