Publicado hace 12 años por an_tonio a piensaenbrooklyn.blogspot.com

Hemos repetido mas de una vez que la violencia que se vive en las principales ciudades inglesas no es nueva ni es producto de indignación social por crisis, ni gaitas, ni estafas emocionales, ni económicas. El nivel de violencia exhibido produce escalofrío, miedo y asco, tanto como el nivel de indefensión ante cierta turba. Sabemos que Inglaterra posee el triste record de ser el país con el índice de analfabetismo mas alto de Europa- lo cual no es óbice, para defender lo indefendible-.

Comentarios

Krisiskekrisis

La violencia tenía que estallar más tarde o más temprano.

La sociedad inglesa siempre ha tenido una tremenda división en clases sociales. En los años 1940-1970 esto se alivió mucho mediante leyes sobre herencias, servicio nacional de salud, impuestos sobre la renta muy progresivos, seguridad social, etc., todo ello bajo el impulso del partido laborista.

A partir de 1980, primero con Margaret Thatcher y luego con Tony Blair, la brecha entre ricos y pobres volvió a aumentar, al tiempo que se deterioraba el servicio nacional de salud, y se iniciaba el desmantelamiento de la Seguridad Social. El último golpe ha sido la supresión de las becas universitarias en noviembre pasado. Los estudiantes se manifestaron pacíficamente y recibieron muchos garrotazos.
No alcanzaron sus objetivos.

Los jóvenes sin futuro, que probablemente ni siquiera con las becas tenían nada que hacer en esta sociedad, han optado por lo único que les queda. La destrucción sin sentido.

D

Hay dos tipos de salvajes en este mundo: los que lo hacen por desesperanza, y los que lo hacen por intereses.
Curiosamente, los primeros son la consecuencia directa de la obsesión por el dinero y el poder de los segundos. Pero bueno, ya se sabe que destrozar la vida de varias generaciones desde un despacho y con una corbata de 100& siempre estará mejor visto que hacerlo en plena calle.
Algunos ven solo la sangre, otros solo el dinero. Aunque a veces es dificil de distinguir donde acaba uno y empieza lo otro (demasiadas veces ultimamente).