Hace 14 años | Por kattalin a willyuribe.wordpress.com
Publicado hace 14 años por kattalin a willyuribe.wordpress.com

Aquella primavera, disfrazada de invierno por los vientos del norte, solo dejó un par de días de playa. El pequeño Carlos, hijo de unos conocidos, despertó de su siesta y comenzó a hablarme. -Mi madre es tonta, no hace nada bien –dijo, de sopetón-. Papá siempre le chilla y ella se encierra en el baño y luego no quiere abrir la puerta. La madre de Carlos parecía sestear apenas a tres metros del pequeño. Su padre leía una revista del corazón algo más alejado. Quedaba poco para la marea alta, entonces el agua quedaría casi a nuestro alcance.

Comentarios

kattalin

Con qué sutilidad aterra esta historia.
Gran final.