Durante este año conocí a un ex-carder en una conferencia de hacking con el que pasé unos minutos muy interesantes hablando de cómo decidió dejar todo aquel mundo y de lo fácil que era volverse un adicto a esa forma de vida en la que se tira de dinero fácil cuando es necesario. El objetivo suyo no era acceder a números y datos de tarjetas de crédito utilizando los habituales skimmers, es decir, los aparatos que se utilizan para clonar las tarjetas que pasan físicamente por cualquier cajero o punto de venta, si no sacarlas de bases de datos...
Comentarios
Lo típico: “ojito dónde la metes”.
¿Y sí son contactless, rfid o nfc?
Cuidado donde la acercas, o quien se te acerca.
Como los pasaportes británicos, las tarjetas monedero de algunos metros y de algunas de aparcamiento regulado, ota, ora, ...
O las forras con el mismo material de tu gorro de aluminio conspiranoico. O con lo que forras el bolso para chorizar en las tiendas y que no salte la alarma.