En las ediciones actuales de los clásicos, que leo a mis hijos con decepción y protesta, los famosos lobos que se regocijaban en la ingesta de carne humana se han vuelto vegetarianos. El de Caperucita Roja, al atacar a la abuela, la arranca de la cama y la guarda en el armario. Pulgarcito ya no es abandonado por sus padres. Se pierde en el bosque. Lo contrario, según algunos editores, podría confundir a los niños respecto a los roles parentales adecuados.
Comentarios
Yo mismo, con estas manitas, tiré al contenedor de papel toda una colección de cuentos infantiles que sacó El País hace 3 ó 4 años, por el tufo correctista que desprendían. Todos los clásicos estaban "adecuadamente" modificados para que los finales fueran felices y los personajes salieran airosos…
creo entender que en la versión original el lobo se come a caperucita y que la moraleja es algo así: advertencia a las caperucutas que se acercan a los lobos que pueden acabar siendo comidas, creo...
En realidad el cuento original de Caperucita, al menos la versión de Perrault, que es anterior a la de los hermanos Grimm, terminaba con que el lobo se comía a la abuela y a Caperucita. Y punto. Era más cruel aún... y el cuento de La Bella Durmiente, en la versión de Perrault, la madre del príncipe era un ogro que se quería comer a sus nietos. Los hermanos Grimm ya suavizaron los cuentos y más aún los suavizó Disney. Lo de hoy en día ya es exagerado.