Un empresario chiclanero afincado en Medina, que posee una carpintería, inicia una marcha a pie hasta Sevilla (130 kms) para protestar por el problema de liquidez que sufren las empresas y para pedir algún crédito que le permita seguir adelante y no cerrar la empresa.
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Y, si le conceden el crédito, dentro de unos años podrá quejarse de lo malos que son los bancos que conceden créditos que no se pueden pagar.