No hace demasiado, Alemania se enfrentaba un problema difícil de resolver: un vecino cercano en bancarrota necesitaba ser rescatado. Su crédito hundido, su gobierno ahogado en deudas, su economía obsoleta, inflexible y anticuada, los alemanes se vieron forzados a decidir si querían apretar los dientes y ayudar, o dejar que este país vecino hiciera un ajuste brutal él solito, y pensar en construcción europea más adelante.
Merkel me recuerda a aquellas personas que serían capaces de dejar que se queme un barrio entero, con su propia casa dentro, mientras están sermoneando al insensato que estaba haciendo una barbacoa en el pinar de su casa.
Comentarios
El gobierno Alemán no ha rescatado a ningún país, rescata a su propia banca.
Merkel me recuerda a aquellas personas que serían capaces de dejar que se queme un barrio entero, con su propia casa dentro, mientras están sermoneando al insensato que estaba haciendo una barbacoa en el pinar de su casa.
Porque no son capaces ni de rescatarse a sí mismos.