Las diecisiete películas de David Cronenberg no necesitan de extensa presentación. Siempre instalado en la independencia y sin dejar de lado su perenne estudio sobre lo orgánico y lo mecánico, los trabajos del director canadiense se han movido de una acercamiento al género de terror de lo más personal (esos radicales primeros proyectos que vinieron a formar la escuela de “La nueva carne”) hasta su más reciente etapa enmarcada en la pasada década en la que parece declinarse por lo psicológico y dejar de lado lo físico..,