Me cuentan que en una céntrica calle de Madrid, Príncipe de Vergara 262, frente a una oficina de bankinter, hay un siniestro personaje, engullido en un mono naranja marcado con el numero 216 ( condenas que acumula la entidad), rapado al cero, amordazado a una silla eléctrica. El afectado afirma que está siendo torturado por unos clips de bankinter, que le conducen inexorablemente al corredor de la muerte. Va acompañado de unos extraños carteles y una especie de carro de la compra con un montón de sentencias que condenan a la entidad.