Estamos hablando de un convenio que supone facilitar la libre circulación de personas entre una parte significativa de los firmantes, eliminar los aranceles entre ellos, mejorar las infraestructuras entre estados o reforzar los mecanismos de seguridad conjuntos. Dejar de mirar hacia fuera para reforzar los lazos interiores y, de este modo, reducir la dependencia de terceros y potenciar el florecimiento de negocios que vayan más allá de las materias primas para entrar en los siguientes eslabones de la cadena productiva.
Comentarios
Tal como está pasando en el resto del mundo (tal como hemos podido constatar en nuestra vieja europa tras varios siglos de matarnos entre nosotros) el libre comercio es la última oportunidad para el continente maldito. Si consiguen siquiera ponerse de acuerdo y trasladar esto a sus respectivos estados y parlamentos, el continente africano puede ser (en mi opinión) un auténtico monstruo en apenas 50 años; disponen de casi todas las materias primas necesarias, una población joven y hambrienta, extensiones suficientes para su población y un mercado interno de los mayores del mundo.
En contra, etnias, idiomas (la maldición babélica) y una tradición de sangre y afrentas que será dificil de olvidar. Pero nada hay más balsámico que tener un buen trabajo, futuro y dinero en el bolsillo.
Ojalá les vaya bien.