Se cumplen este año ochenta de la publicación de El bosque animado y yo me he puesto a releerlo con gran placer. Se dice que el humor envejece mal, pero será que yo también envejezco mal porque a mí me siguen haciendo mucha gracia los árboles que discuten con un poste de telégrafos, el alma en pena que emigra a Cuba o la meiga que utiliza para sus conjuros un texto escolar en latín de La guerra de las Galias (...) Yo diría que la Fraga de Cecebre, en la que transcurren las historias, es nuestro Macondo, una Arcadia tierna y un poco triste
Comentarios
Siempre es una gozada leer a Miguel Anxo Murado.
Sobre Wenceslao Fernández-Flórez diré que me gustan mucho sus crónicas parlamentarias recogidas en "Impresiones de un hombre de buena fe", donde describe con mucho humor el Congreso y su fauna, como cuando dice de Alcalá-Zamora que sería un gran orador si no fuese tan buen orador.
Además de estas crónicas políticas resultan geniales sus crónicas futbolísticas recopiladas bajo el título "De portería a portería". Son francamente divertidas por ese ojo externo de quien no es particularmente aficionado al fútbol.
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