Hace 7 años | Por --527866-- a clarin.com
Publicado hace 7 años por --527866-- a clarin.com

Para el psiquiatra estadounidense Allen Frances (74) corremos el riesgo de ser sobremedicados. "Uno de los problemas en el mundo moderno es que estamos redefiniendo el sufrimiento humano normal como enfermedad mental. Y con demasiada frecuencia lo tratamos con fármacos que pueden hacer más mal que bien", dice.

Comentarios

D

Todos los pacientes de siquiatria que conozco, no tienen enfermedad, tienen problemas, si les tocase la loteria y encontrasen pareja buena, se les pasaba todo. Logicamente eso no se cura con pastillas, se las dan para que no les importe y asi estan todo el dia drogados y zombies.

hazardum

Lo que se refiere es que en la actualidad, alguien (sin enfermedad mental) sufre un bache emocional y ya le están recetando pastillas en vez de intentar pasar el bache con tiempo.

Estar jodidos no es una enfermedad, todos hemos pasado épocas malas. La depresión si que es una enfermedad, pero son cosas totalmente distintas, y hay médicos que enseguida tiran de recetar pastillas cuando en muchos casos no son necesarias y al final los efectos secundarios de las mismas si que les pueden provocar problemas.

El conocimiento del cerebro humano es todavia insuficiente ahora mismo, en otras áreas se ha avanzado muchísimo mas, pero los temas psiquiátricos son tremendamente complejos

D

Habría que decirle al autor del artículo que lo que se trata no es ni la ansiedad ni la tristeza, sino los efectos que estas provocan (insomnio, nerviosismo, etc...).

x

Otro gilipollas acreditado. si no es una enfermedad porque provoca muertes?

D

#2 Los accidentes de tráfico matan y no son enfermedades, el glaucoma es una enfermedad y no mata. Mezclas churras con merinas.

Nova6K0

#4 Aunque tengas razón y sepa lo que quieres decir. Si hay cierto riesgo de muerte por glaucoma:

http://www.news-medical.net/news/2008/03/12/13/Spanish.aspx

Salu2

pacoco

Depende del grado de ansiedad o tristeza que experimente un individuo. Una cosa es sufrir un pequeño desengaño, y otra es perder un hijo por negligencia propia.