Cuando se anda y se pisa el empedrado de una ciudad tan antigua como Plasencia, al menos a mí me entran ganas de preguntarle a las piedras. Sí, habéis leído bien: a sus piedras. Quiero rogarles que me cuenten todo lo que allí ha sucedido desde hace nada menos que mil años. Acariciar esas paredes,…
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Y de los yonquis, antes de la gran extinción de los 90...
los yonquis no se extinguieron, emigraron hacia los verdes páramos de metadona de la capital