A mediados del siglo XIX, se fomenta una de las relaciones comerciales y humanas más interesantes en la historia moderna, entre dos países separados por la inmensidad del océano pacífico: Perú y China.
Como se puede fácilmente deducir, muchos de estos grandes señores abusaron de esta ley en detrimento de los inmigrantes, que llegaron a vivir situaciones propias de la esclavitud.
L@s que estén familiarizad@s con la historia japonesa (o hayan leído el manga de Rurouni Kenshin) recordarán un escándalo político de comienzos de la era Meiji:
Básicamente, un barco peruano cargado de ciudadanos chinos procedentes de Shanghai tratados en condiciones infrahumanas hizo puerto en Yokohama para reparar el barco. Uno de los chinos consiguió escapar, y el escándalo comenzó cuando los comerciantes peruanos demandaron al gobierno japonés la devolución de este hombre, a lo que se negaron por motivos de derechos humanos.
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Como se puede fácilmente deducir, muchos de estos grandes señores abusaron de esta ley en detrimento de los inmigrantes, que llegaron a vivir situaciones propias de la esclavitud.
L@s que estén familiarizad@s con la historia japonesa (o hayan leído el manga de Rurouni Kenshin) recordarán un escándalo político de comienzos de la era Meiji:
http://en.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Luz_Incident
Básicamente, un barco peruano cargado de ciudadanos chinos procedentes de Shanghai tratados en condiciones infrahumanas hizo puerto en Yokohama para reparar el barco. Uno de los chinos consiguió escapar, y el escándalo comenzó cuando los comerciantes peruanos demandaron al gobierno japonés la devolución de este hombre, a lo que se negaron por motivos de derechos humanos.