Hace 9 años | Por --399304-- a yorokobu.es
Publicado hace 9 años por --399304-- a yorokobu.es

Durante 30 minutos, los pasajeros del vuelo AT236 estuvieron seguros de que iban a morir. En mitad del océano, su avión se quedó sin combustible. Primero fue el tanque del ala derecha. Los pilotos, transfirieron parte de fuel del tanque izquierdo sin saber que había una fuga en el circuito, así que secaron los dos. Con minutos de diferencia, sendos motores estallaron. En la cabina, las luces se apagaron, las mascarillas cayeron y la tripulación explicó al pasaje qué hacer al iniciar la cuenta atrás.

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