El 14 de agosto de 1996, la reputadísima química y profesora norteamericana, Karen Wetterhahn se encontraba investigando en su laboratorio sobre los efectos de los iones de mercurio al interactuar con las proteínas reparadoras de ADN. Para ello había encargado una muestra de dimetilmercurio, una de las neurotoxinas más peligrosas que se hayan sintetizado nunca. Tomó todas las precauciones que dictaba el protocolo. Pero una gota, menor que un grano de arroz, cayó accidentalmente sobre un guante. Murió intoxicada a los pocos meses. ¿Qué falló?
Comentarios
#1 Además, no hay mercurio orgánico. Hay compuestos orgánicos de mercurio, organometalicos,y si, me apuras, organomercúricos u organomercúricos.
#tiquismiquis
El titular debería ser: "Nunca juegues con el dimetilmercurio".
#0 Lo siento, pero es dupe. Este mismo artículo ya estuvo en la portada: Nunca juegues con mercurio
Nunca juegues con mercurio
amazings.es"Nunca juegues con mercurio" = Tarde
¿Por qué no voy a poder jugar con él? ¿No merece amigos?
Pues en españa se sigue utilizando en odontologia en la colocación de empastes dentales
#4 Para su manipulación y debido a su altísima volatilidad, se utilizan cabinas de humos selladas y con ventilación filtrada para alejar sus ponzoñosos vapores
http://www.heroishq.com.br/blog/wp-content/uploads/2012/04/mercurio.jpg
En modo cine espectacular...
(Ya me voy)
" El mercurio tiene el punto de ebullición en 357 grados centígrados, pero cuando pasa de los 40 ya empieza a emitir sus peligrosos vapores."
Supongo que al manipular ese tipo de compuesto tendrán en cuenta la temperatura ambiente porque en algunos lugares y en algunas fechas esas temperaturas se sobrepasan con creces.
#2 Kratos opina que no
¿Hay algún estudio de contaminación humana por la rotura de lámparas de bajo consumo o fluorescentes?
Recuerdo que en el despacho del director de mi colegio, había un frasco de cristal, una bombonera llena de mercurio. Nos dejaba entrar para jugar con el, nos dejaba meter las manos y sumergirlas en el mercurio. Recuerdo que era muy pesado y era casi imposible impedir que se colara entre los dedos al intentar retenerlo, llegué a hacerlo en varias ocasiones, era como magia.
#9 y se quejaban de las bombillas rotas.